Recomendaciones sobre COVID-19 del Consejo de Hemodinamia

En el contexto de la pandemia COVID-19 que nos afecta se ha observado a nivel global una reducción importante de la actividad asistencial de los servicios de cardiología intervencionista, disminución en el número de consultas con infarto agudo de miocardio con supradesnivel del segmento ST y aumento de la morbi-mortalidad. Esto se denomina “segunda ola” y es un impacto directo de la falta de acceso de los pacientes que sufren un síndrome coronario agudo al sistema de salud, motivado por el pánico al contagio, dificultades en la consulta ante la saturación del sistema de salud, entre otras razones. 

Existen otras patologías, dentro de ellas la enfermedad cardiovascular, que persisten aún bajo la pandemia COVID-19. En estas situaciones, la decisión de posponer un procedimiento o un tratamiento beneficioso, se corre el riesgo de que empeore considerablemente el pronóstico y la morbi-mortalidad de los pacientes cardiológicos.

Desde el Consejo de Hemodinamia de la Sociedad Argentina de Cardiología, elaboramos algunas recomendaciones que pueden ser de utilidad para promover una correcta atención de los pacientes con síntomas compatibles con infarto agudo de miocardio con supradesnivel del segmento ST y otras patologías relacionadas en las que el tratamiento percutáneo NO puede demorarse.

  • Recomendamos estimular la consulta remota por parte de cardiología clínica con reprogramación de los procedimientos que no son urgentes, seguimiento cercano de pacientes de riesgo y triage del dolor precordial. 
  • Tomar en cuenta que las consultas presenciales de pacientes a la guardia disminuyen en la mayoría de los países, por lo que debemos detectar a los pacientes cursando síndromes coronarios agudos con las herramientas disponibles. 
  • El interrogatorio del dolor por un médico entrenado y la estratificación de riesgo de los pacientes resultan esenciales para identificar correctamente a los pacientes que requieren tratamiento intervencionista urgente.
  • Patologías que pueden manejarse de manera remota:
  • Enfermedad vascular periférica estable.
  • Enfermedad coronaria estable, de bajo y moderado riesgo.
  • Enfermedad valvular o congénita estable.
  • Aneurisma de Aorta abdominal estable, no complicado.
  • En los siguientes casos, deben extremarse las medidas de control y el trabajo en equipo para proveer atención adecuada:
  • Síndromes coronarios agudos con supradesnivel del segmento ST
  • Angina de reciente comienzo o  rápidamente progresiva, a pesar de tratamiento médico óptimo.
  • Isquemia aguda o crítica de miembro inferior (con alto riesgo de amputación).
  • Enfermedad valvular o congénita con riesgo de vida (ICC refractaria al TMO).
  • Aneurismas de Aorta complicados.

Poder separar un sector de la planta y destinarla a la atención de pacientes con diagnóstico o sospecha de infección por COVID 19, disminuye la posibilidad de contaminación de otras áreas, contagio de otros pacientes y del personal del equipo de salud interviniente en una sala de hemodinamia.  

El siguiente decálogo postula algunas de las recomendaciones importantes en cuanto a la circulación y permanencia tanto de pacientes como del personal de salud en el “manejo intervencionista del COVID 19”.

SCASEST:

  1. El objetivo está centrado en los pacientes internados en los cuales se manejará la prevención para el COVID-19 sugerida por protocolo institucional con los EPP correspondientes. 
  2. Es importante disminuir  tiempo tanto de consulta como de internación y el riesgo de contagio como prioridades. 
  3. Promover la liberación lo más rápido posible la cama de UCI o piso. En caso de tratarse de una internación “off-hour”, no retrasar la decisión. 
  4. Seguimiento telefónico o bajo sistema de consulta virtual.
  5. Paciente con COVID-19+ Confirmado, requiere una mención especial detallada en HC con evolución y pronóstico, tomando en cuenta parámetros clínico y de laboratorio (marcadores incluyendo dimeroD).

SCACEST

  1. Manejar el cuadro de forma habitual con criterio de Emergencia en los pacientes internados en los cuales se manejará la prevención para el COVID-19 sugerida por protocolo institucional con los EPP correspondientes.
  2. Discutir la estrategia con el equipo de hemodinamia interviniente (considerar Trombolíticos vs. ATC). Valorar en la decisión: Edad, fisiopatología, tiempo de evolución, antecedentes, comorbilidades, localización y compromiso hemodinámico del cuadro. Evitar en la medida de lo posible el Traslado.
  3. En caso de COVID-19+ confirmado o con síntomas sugestivos: Priorizar siempre que sea factible TBL (líticos EV) y manejo IH en el Centro FEBRILES (Sector COVID). Ponderar riesgo de sangrado del paciente; expectativa de vida y personal sanitario disponible.
  4. El resto de los  casos covid con baja sospecha según triage y estratificados de acuerdo a normas institucionales (oligosintomáticos o incluso asintomáticos): Valorar ATC primaria con EPP ó la utilización de trombolíticos como alternativa en caso de que requieran un traslado. 
  5. Optimizar Tratamiento médico cuando se trate de IAM evolucionado y controlado.

La revascularización completa durante la internación, en el contexto de un SCA, es una práctica habitual. Si bien algunos casos pueden aplazarse indefinidamente, la gran mayoría de los casos que se realizan están asociados a una enfermedad crónica. Si ponderamos riesgo de infección hospitalaria y disponibilidad de camas, la revascularización completa en etapas pasaría a un segundo plano durante la pandemia COVID. Bajo éstas circunstancias se recomienda realizarla únicamente en los casos de que el paciente lo requiera: APIAM, descompensación o isquemia residual con RR mayor de eventos intrahospitalarios. Diferir  todas las ATC de CTO dejándolo debidamente registrado en la HCE. 

Elementos de protección personal en la sala de hemodinamia

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