Actualización 2019 de Practica Clínica en Insuficiencia Cardíaca

Posted On 28 Jun 2019
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ACTUALIZACION 2019 DE PRACTICA CLINICA EN INSUFICIENCIA CARDIACA.
ASOCIACION DE INSUFICIENCIA CARDIACA DE LA SOCIEDAD EUROPEA DE CARDIOLOGIA
Seferovic PM.
Eur J Heart Fail. 2019 May 26. doi: 10.1002/ejhf.1531.

Comentario: Dr Guillermo Liniado
Consejo de Insuficiencia Cardiaca de la Sociedad Argentina de Cardiologia.

La Asociación de Insuficiencia Cardíaca de la Sociedad Europea de Cardiología hizo recientemente un resumen y una visión consensuada sobre los avances en farmacoterapia, procedimientos y dispositivos en el manejo de la insuficiencia cardíaca (IC) ocurridos después del Consenso publicado en 2016. No es verdaderamente una actualización de la Guía y no da niveles de recomendación y evidencia. Por consenso se eligieron los temas. Resumimos los más destacados.

  1. Inhibidores de la SGLT2: Extienden la recomendación de  empaglifozina (que desde 2016 debía ser considerada para pacientes con DMT2 para prevenir o retrasar el desarrollo de IC y prolongar la vida) a dapaglifozina y canaglifozina en pacientes con DMT2 con enfermedad cardiovascular establecida o con riesgo cardiovascular elevado para, además,  prevenir hospitalizaciones por IC.

  2. Sacubitrilo/Valsartan (SV): extiende su empleo a pacientes hospitalizados por IC de novo o IC descompensada (una vez estabilizados)  en función del resultado de estudio PIONEER-HF  y TRANSITION.

  3. Aglutinantes de potasio: Los resultados iniciales  confirman la eficacia de estas terapias (Patiromer y ZS-9) en la reducción del potasio  en el suero, la prevención de la hiperpotasemia recurrente en pacientes IC e insuficiencia renal en pacientes tratados con IECA y la recomendación actual considera su empleo para el manejo de la hipercalemia con o sin insuficiencia renal para intentar u optimizar el tratamiento con antagonistas del receptor de aldosterona.

  4. Estabilizador específico de la transtiretina: El tafimidis debe ser considerado en pacientes sintomáticos con amiloidosis cardíaca por transtiretina ya que disminuye la morbimortalidad.

  5. Cardiodesfibrilador implantable (CDI):  El consenso observa que puede NO considerarse implantar un  CDI en pacientes con ICFEr de origen no isquémico en: 1) > 70 años, 2) con síntomas avanzados (CF III-IV) 3) con comorbilidades que acortan la expectativa de vida (EPOC severo o IRC estadío IV). En cambio sí lo recomiendan en quienes no reúnen estas características.

  6. Ablación de venas pulmonares en fibrilación auricular (FA): puede ser considerada en pacientes con FA paroxística o persistente (si tiene o es candidato a un dispositivo: CDI, TRC o MCP para prevenir la bradicardia) si ésta produce síntomas significativos pese a la implementación de  la adecuada terapia farmacológica y con dispositivos. El éxito es menos probable si la FA es crónica y/o las aurículas están severamente dilatadas.

  7. Mitraclip: puede ser considerado en insuficiencia mitral grado 3 o 4, con terapia médica (aun revascularización en coronarios) y dispositivos empleados en forma óptima, con una internación por IC  en el último año o BNP y/o NT-proBNP elevados, rechazado de cirugía tradicional, con FEy ≥ 20 y ≤ 50%, diámetro diastólico ≤ 70 mm, con un jet no comisural, sin otra enfermedad valvular (aórtica o tricuspídea) en tiempo quirúrgico.

  8. Modulación de la contractilidad cardíaca (MCC): estímulos eléctricos extracelulares administrados durante el período refractario absoluto pueden inducir efectos inotrópicos tanto in vitro como in vivo a través de un mejoramiento de la dinámica del calcio a través de la modulación del retículo sarcoplasmático. Dicha MCC ha sido estudiada (estudio Fix-HF 5C) en pacientes con FEy entre 25 y 45% en pacientes con IC CF III-IV y con QRS < 130 ms demostrando mejoría de la capacidad de esfuerzo, de la calidad de vida aliviando los síntomas. Su indicación puede ser considerada en esta población.

  9. Telemedicina: el telemonitoreo domiciliario (estudio TIM-HF2) del peso, la presión arterial, el ECG y del estado general del paciente reduce el riesgo de hospitalización y muerte de causa cardiovascular y puede ser considerado en pacientes con ICFEr CF II-III con una internación en el último año.