Evaluación Cardiovascular Pre-deportiva

Posted On 13 Feb 2017
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Dr. Gonzalo Díaz Babio

5 Preguntas sobre Evaluación Cardiovascular Pre-deportiva | 5 Respuestas del Dr. Gonzalo Díaz Babio

Médico Staff de Cardiología de Instituto Cardiovascular San Isidro – Sección Evaluación Cardiovascular de Deportistas

Miembro activo de SAC Joven

  • 1. ¿Para qué realizar una evaluación cardiovascular tipo “apto físico” en una persona que desea practicar deportes?

    Una de las primeras preguntas que hacen muchos pacientes es justamente “si yo soy sano, ¿para qué hago esto?” La evaluación pre-participativa es muchas veces una puerta de entrada para que pacientes presuntamente “sanos” tengan un control médico inicial (y periódico) simple y rápido. Si bien la muerte súbita en el deporte es un evento de baja incidencia (0,5-2:100.000 pacientes/año), es un suceso inesperado que genera un gran impacto a nivel social, familiar, etc. Hoy en día se sabe que cerca del 85% de las causas de muerte súbita en el deporte son cardiovasculares, siendo la miocardiopatía hipertrófica y la displasia arritmogénica las más frecuentemente descriptas. En muchos de los casos, estos eventos se podrían prevenir a través de la evaluación pre-participativa o “apto físico”.

  • 2. ¿Qué no debemos dejar de interrogar en estos pacientes?

    Tanto el interrogatorio propuesto por la American Heart Asocciation como el que expone la European Society of Cardiology coinciden en los puntos que deben ser interrogados en estos pacientes. Además de saber si presenta algún tipo de síntoma cuando realiza actividad física (palpitaciones, disnea, dolor torácico, etc.), no pueden faltar los antecedentes personales de relevancia, la medicación habitual que reciba, e indagar sobre factores de riesgo cardiovascular, (sobre todo el tabaquismo). También se deberá preguntar sobre algunos antecedentes heredo-familiares, por ejemplo si algún familiar cercano (1º grado) menor de 50 años tuvo eventos coronarios o muerte súbita, o si tiene hermanos o padres con válvula aórtica bicúspide, Síndrome de Marfan u otras enfermedades genéticas cardiovasculares.

  • 3. ¿Debe realizarse un electrocardiograma y ecocardiograma en todos los casos?

    En este punto es donde los grupos que estudian los deportistas en el mundo plantean sus diferencias. Antes de avanzar con los estudios, no hay que olvidar que un correcto examen físico con medición de presión arterial en ambos brazos, auscultación cardíaca y medición de pulsos periféricos, entre otras exploraciones, permite detectar a priori anormalidades que agreguen un elemento de riesgo al deportista que estamos revisando. En nuestro país se sugiere la realización de un electrocardiograma en toda evaluación deportiva (luego del interrogatorio y examen físico), ya que, por ejemplo, más del 90% de los pacientes con miocardiopatía hipertrófica presentarán cambios en dicho estudio. A pesar de esto, se ha observado que algunas patologías no son evidenciadas por el ECG, y requieren la realización de un ecocardiograma Doppler. Entre ellas podemos mencionar la válvula aórtica bicúspide y la patología del resto de la aorta, otras valvulopatías no detectadas en el examen físico y también algunas miocardiopatías. Por todo esto, se sugiere realizarlo en pacientes que no tienen un ecocardiograma Doppler previo y repetirlo cada 3-5 años según el nivel de entrenamiento que realice.

  • 4. ¿Tiene utilidad la ergometría en este escenario?

    No se recomienda la realización de una prueba ergométrica graduada (PEG) en la evaluación inicial básica de un deportista recreacional menor de 35 años que no presente ningún factor de riesgo. Si hay alguna sospecha de arritmia (Wolff-Parkinson-White, arritmia ventricular o supraventricular), o bien patología isquémica, se puede recurrir a la realización de una PEG luego de realizar los estudios comentados previamente. Dada la mayor prevalencia de enfermedad coronaria en deportistas mayores de 35 años con (al menos) un factor de riesgo cardiovascular y que realicen actividad física de intensidad moderada, en ellos se podría realizar periódicamente una PEG. En este estudio se buscará que alcancen el mismo esfuerzo que durante el deporte el cual entrenan.

  • 5. En los atletas de alto rendimiento, ¿qué estudios deben realizarse y con qué periodicidad?

    Aquí podemos plantear un interrogante. ¿Qué es competitivo? ¿Qué es alto rendimiento? Estas definiciones son en parte subjetivas, dado que las vivencias de cada persona en la participación deportiva son distintas. Podríamos relacionar la competitividad con el esfuerzo por ganar que el deportista realiza durante sus entrenamientos y la competencia propiamente dicha. A su vez, podríamos clasificar el alto rendimiento en relación a la cantidad de horas por semana que el deportista invierta en su actividad (por ejemplo más de 5-6h/semana). Estos deportistas suelen llevar la exigencia cardiovascular al límite y a su vez, en ocasiones no darle importancia a los síntomas. En ellos además del control cardiológico anual con electrocardiograma se sugiere realizar un seguimiento más cercano de los espesores y diámetros cardíacos con ecocardiograma y una PEG (según las características y riesgo del paciente podría ser anual o cada 2 años), como mencionamos anteriormente al nivel de la exigencia que le demande la competencia en la cual participa.