Emergencia internacional por Ébola

Por Alejandra Folgarait

Emergencia internacional por Ébola

Tras la declaración de emergencia internacional de salud pública por la epidemia de Ébola, dictada por la OMS el 8 de agosto pasado, «todas las acciones en América deben estar orientadas a prevenir el establecimiento de la transmisión local ante la eventual introducción de un posible caso importado», afirmó el director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Análisis de la Salud de la OPS/OMS, Marcos Espinal.

“El brote se mueve más rápido de lo que podemos controlarlo”, declaró Margaret Chan, directora general de la OMS. Los casos no dejan de sumarse en cuatro países de África Occidental (en Guinea, donde habría empezado el brote en diciembre pasado, según un trabajo publicado en New England Journal of Medicine, y también en Sierra Leona, Liberia y en la populosa Nigeria). Los fallecidos notificados suman más de mil, pero la cifra podría ser mayor.

“Estamos ante el brote más grande de Ébola en la historia y el primero en África Occidental”, declaró el CDC (Center for Disease Control) de Estados Unidos, que ha enviado especialistas a la región para colaborar en la contención de la epidemia, mientras mantiene bajo vigilancia a dos estadounidenses repatriados con Ébola.

“Lo importante es que sabemos cómo parar el Ébola: con salud pública tradicional. Encontrar a los pacientes, aislarlos y cuidarlos; encontrar sus contactos; educar a la gente; y seguir estrictas medidas de control en los hospitales. Haga estas cosas en forma meticulosa y el Ébola se termina”, recetó Tom Frieden, director del CDC, quien reapareció esta semana tras lidiar con serios accidentes de bioseguridad en sus instalaciones.

Si bien no hay vuelos directos de Argentina con ninguno de los países africanos con Ébola, el Ministerio de Salud de la Nación puso en marcha un plan de emergencia y designó a dos hospitales -el de El Cruce para adultos y el Garrahan, para niños-, como lugares de referencia para la internación y aislamiento de personas infectadas que lleguen al país.

El diagnóstico del virus Ébola no está disponible actualmente en la Argentina. En América sólo hay dos laboratorios con nivel de bioseguridad 4 que puedan manejar virus Ébola: uno en Estados Unidos y otro en Canadá.

“Como instituto especializado en fiebres hemorrágicas estamos participando continuamente en la red de alerta y emergencias GOARN de la OMS”, apunta Delia Enría, directora del Instituto Maiztegui, de Pergamino. “Tanto en nuestro instituto como en el Malbrán se pueden hacer análisis moleculares de muestras, pero lo cierto es que no tenemos experiencia en filovirus y, en última instancia, tenemos que mandar las muestras al laboratorio de referencia, que es el CDC de Atlanta”.

Según Jorge San Juan, jefe de Terapia Intensiva del Hospital Muñiz de Buenos Aires, los médicos de hospitales públicos y privados deben estar alerta a pacientes que se presenten con fiebre mayor a 38 grados y dolores, y que hayan viajado recientemente a algún país africano con brote de Ébola.

“El vínculo epidemiológico es fundamental para la sospecha de Ébola”, apuntó el experto. “El riesgo de que llegue el Ébola a la Argentina es muy bajo, pero no hay que olvidar que hoy estamos ante un vector metálico”, señaló el reconocido infectólogo, en referencia a los aviones que trasladan a personas de un punto a otro del planeta en menos de un día.

“El virus Ébola tiene un período de incubación de hasta 21 días y los pacientes contagian en el momento en que tienen síntomas”, explicó San Juan. “Es importante la notificación de los casos sospechosos y su aislamiento. En el Muñiz contamos con 14 camas con presión de aire negativa y trajes especiales para atender a estos pacientes”, agregó.

La transmisión no se produce en forma aérea sino por contacto directo con sangre, fluidos (saliva, orina, heces, vómitos, secreciones) u órganos de personas infectadas. También por contacto con carne de animales salvajes infectados y con objetos de pacientes (como sábanas y agujas usadas). La lavandina es efectiva para inactivar el virus. El personal sanitario debe utilizar máscaras y trajes protectores para tapar toda la superficie corporal cuando se encuentra a menos de dos metros del paciente, ante la eventualidad de que el virus se transmita por gotitas de saliva (droplets).

Si bien la OMS señala que la mortalidad de la cepa Zaire del Ébola, que está causando actualmente el brote en África occidental, puede llegar al 90%, la letalidad hoy estaría en torno del 55-60%, según el CDC.

Emergencia internacional por ÉbolaEl virus Ébola pertenece a la familia de los filovirus y tiene cinco subtipos. La cepa Zaire es la que está causando el brote en África Occidental. Crédito: CDC.

No hay tratamiento específico para esta fiebre viral hemorrágica. Se indica una terapia de soporte con rehidratación de fluidos y electrolitos, además del tratamiento con antibióticos de las infecciones asociadas. Los pacientes que sobreviven pueden tener virus en su semen durante siete semanas. En cuanto a los fallecidos, es importante evitar el contacto con el cadáver, ya que la viremia es extremadamente alta en el período perimortem.

Dos estadounidenses y un español con Ébola repatriados a sus respectivos países recibieron un fármaco experimental (Zmapp) basado en una combinación de tres anticuerpos humanizados. El cocktail sólo había sido probado antes en macacos. El sacerdote español murió en Madrid el 12 de agosto. Uno de los estadounidenses, el médico Kent Brantley, parece estar reaccionando bien al fármaco.

Aunque ninguna de las drogas y vacunas en experimentación ha superado la primera fase de ensayos clínicos con seres humanos, la OMS decidió dar luz verde al uso compasivo de terapias experimentales en el brote actual de Ébola, siempre y cuando se respeten los criterios éticos de consentimiento informado y se registren los datos para hacer evaluaciones clínicas posteriores.

“El Ébola no es una cuestión de un día o dos, sino algo que va a continuar en África mientras no se implementen prácticas de bioseguridad, que son difíciles de adoptar en comunidades culturalmente diferentes”, reflexiona Enría. “El Ébola recuerda a la emergencia del virus HIV en África durante el siglo pasado. Es un accidente que llegue al ser humano un virus que existe hace muchísimos años en la naturaleza. En el caso del Ébola, probablemente su reservorio natural es el murciélago frugívoro. Pero una vez que el virus emerge en humanos, hay que frenar la transmisión”.

¿Cómo frenarla? “Para parar este brote hay que aplicar barreras de bioseguridad mínimas y aislamiento de los pacientes”, subraya Enría. Además, es necesario poner el Ébola en contexto. “En la Argentina tenemos otras fiebres hemorrágicas, como las producidas por el virus Junín y por hantavirus, además del dengue. Hay que estar preparados y lograr que el personal sanitario implemente prácticas universales de seguridad en forma continua, lavándose las manos y usando guantes, barbijos y vestimentas descartables, como lo indica la OPS”, enfatiza la médica infectóloga que dirige el instituto que logró controlar la Fiebre Hemorrágica Argentina.

Además de los fármacos en investigación (anticuerpos monoclonales y moléculas de interferencia del ARN viral), hay un par de vacunas que podrían comenzar a ensayarse en humanos el mes próximo, según anticipó la OMS.

Mientras tanto, el hospital de alta complejidad de Florencio Varela, El Cruce “Néstor Kirchner”, dispuso la transformación de tres de las habitaciones que posee para trasplantados de médula en salas de aislamiento para sospechosos con Ébola. Las tres habitaciones del moderno hospital cuentan con presión negativa de aire.

 

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