Actividad física en el ESC 2020: Prevención y tratamiento cardiovascular
Se realizó una nueva edición del Congreso Europeo de Cardiología, el evento de mayor magnitud a nivel mundial sobre la especialidad. La característica sobresaliente que presento este año, no fue simplemente la necesidad de reemplazar el formato presencial, sino que la realización exclusivamente online sumado al acceso gratuito, permitió a una gran cantidad de médicos de nuestro país acceder a la presentación de últimos trabajos y guías sobre diferentes aspectos de la cardiología. Uno de los puntos centrales de este último congreso estuvo enfocado en la importancia de la actividad física, no sólo en la prevención primaria cardiovascular, sino que también integrando el concepto de la necesidad y rol fundamental de la actividad física en el tratamiento y seguimiento de pacientes con enfermedad cardiovascular. Hace tan solo 10 años los pacientes coronarios presentaban prácticamente contraindicación para realizar ejercicios físicos, hoy en día las recomendaciones que resumiremos en este artículo mencionan casi lo contrario.
Con respecto a la rehabilitación cardiovascular, se comentaron nuevas estrategias, dado que si bien la evidencia hace algunos años la favorece, su real implementación a lo largo del mundo es heterogénea. El uso de aplicaciones en el teléfono y metodología online para seguimiento y planificación del ejercicio, promete disminuir costos y mejorar la operatividad, incluso en determinados pacientes complejos cuya movilidad puede ser un problema. Esta rehabilitación “home based” según explica Stefano Urbinati, debería sostenerse en varios pilares: Ejercicio físico, educación dietaria, manejo de medicación, consejo tabáquico y manejo tanto del stress como del entorno social. Estos conceptos tienen una importancia determinante, son todos pilares que deben funcionar de manera coordinada por el médico y/o equipo tratante.
El apto físico nuevamente se consideró elemental en la evaluación de los deportistas de cualquier nivel (recreacional o competitivo). Si bien suena un concepto obvio, esto actualmente está en discusión en nuestro país dado su costo de implementación. La evaluación cardiovascular deportiva no solo se limita a la prevención de muerte súbita, sino que además busca el máximo beneficio para el paciente con el menor riesgo de complicaciones (cardiovasculares, entre otras). Como siempre los referentes Pelliccia y Papadakis entre otros brindaron actualización en los puntos determinantes del ECG y otros estudios, que forman parte del apto físico.
Como parte final y quizás más relevante se presentó la guía 2020 de “Cardiología del deporte y ejercicio en pacientes con enfermedad cardiovascular”, que a continuación detallaremos los tópicos que se incluyeron. Dada la relevancia y prevalencia de enfermedad coronaria en la población, siempre que evaluemos un paciente para hacer actividad física deberemos estratificar su riesgo cardiovascular. Mats Borjesson detallo los elementos que debemos tener en cuenta al evaluar pacientes mayores de 35 años, su riesgo CV, su clase funcional y el tipo de actividad a realizar serán los ejes determinantes. Los pacientes coronarios, en su seguimiento deben realizar actividad física y/o rehabilitación cardiovascular. A su vez, pacientes con ICC tienen una indicación similar tipo IA con respecto a la prescripción de ejercicio como parte de la rehabilitación CV. Sí, dijimos bien IA, es decir debemos prescribir ejercicio (con adecuado asesoramiento) en pacientes con ICC compensada. Cuánto? Puede ser todos los días, y no limitarse únicamente al entrenamiento aeróbico, los ejercicios de fuerza deben ser consideramos como parte importante de la actividad física a realizar según comento Massimo Piepoly. Con respecto a las valvulopatías, Sabiha Gati referente de UK reforzó la importancia del deporte recreacional en pacientes con cualquier tipo de valvulopatía. El ECG, ecocardiograma Doppler y el test de esfuerzo son fundamentales para acompañar el seguimiento de pacientes con valvulopatías. Las contraindicaciones deportivas solo se encuentran en pacientes con valvulopatías severas y actividad física de intensidad moderada a alta. En pacientes con prolapso mitral debemos evaluar marcadores de riesgo de MS tales como la presencia de: Ondas T negativas inferiores, QT prolongado, fibrosis inferolateral, IM severa, presencia de arritmia ventricular y/o antecedente familiar de MS.
En el cierre se mencionaron las arritmias en el deporte, donde Hein Heidbuchel detalló que siempre deberemos descartar patología cardiaca estructural como parte del estudio arrítmico del deportista. La pre-excitación ventricular observada en arritmias supraventriculares será un elemento que nos lleve a plantear la realización de un estudio electrofisiológico en el atleta. Se reforzó la idea de la recomendación de la actividad física para prevenir la fibrilación auricular y finalmente su tratamiento invasivo en deportistas se apuntó con un nivel de evidencia IB. En pacientes con QTc mayor a 500 ms se desaconsejo únicamente la participación deportiva de alto nivel competitivo.
De esta manera se presentaron algunos de los conceptos actuales de la actividad física ya sea como arma fundamental para disminuir la incidencia de enfermedad cardiovascular en el mundo o como herramienta terapéutica elemental en pacientes con enfermedad cardiovascular. El ejercicio no debe ser simplemente aconsejado, debe ser prescrito como parte de la consulta por el profesional de la salud.
Dr Diaz Babio Gonzalo.
Septiembre 2020