Pandemia de Coronavirus: apoyo psicológico para el equipo de salud.
La pandemia causada por el virus coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2), ha modificado nuestra vida en muy poco tiempo. Hace tan sólo 2 meses ninguno podía siquiera imaginar que hoy estaríamos todos, sin distinción alguna de clases sociales, razas o credos, transitando un aislamiento social preventivo en todo el territorio de la República Argentina.
La alta contagiosidad del coronavirus ha desbordado al sistema de salud de países desarrollados como Italia, España y Estados Unidos. Esto ha llevado a algunos países como el nuestro a la necesidad de tomar medidas drásticas como el aislamiento obligatorio social y preventivo.
Más allá de las consecuencias propias de la infección, ya se han perfilado las consecuencias tanto psicológicas del personal de salud que debe actuar en la primera línea ya sea atendiendo a los pacientes con sospecha o diagnóstico de coronavirus o trabajando en otras áreas de centros de salud y del resto de la población que debe mantenerse en aislamiento domiciliario. Un capítulo aparte, aunque también relacionado con el aspecto psicosocial es el económico, pero del cual no nos ocuparemos.
Personal de salud
Es probable que la pandemia de COVID 19 ponga a profesionales de la salud en todo el mundo en una situación sin precedentes, teniendo que tomar decisiones imposibles y trabajar bajo presiones extremas. Esto puede causar que algunos experimenten lesiones morales o problemas de salud mental. La crisis sanitaria a causa del coronavirus crea un entorno de incertidumbre y estrés que exige prestar apoyo emocional al personal sanitario con el objetivo de mantener su capacidad de cuidar a los pacientes.
Las situaciones a las que pueden o deben enfrentarse son:
- Desbordamiento en la demanda asistencial: enfermar o ver que los familiares lo hacen, unido al estrés derivado de su actividad asistencial, puede hacer que se sientan desbordados. Es una reacción normal en este tipo de situaciones.
- El riesgo de infección no se detiene: existe un mayor riesgo de contraer enfermedades y transmitirlas a su entorno.
- Equipos insuficientes e incómodos: los EPP (equipos de protección personal) son insuficientes y la seguridad es incierta, pero además son incómodos, ya que limitan el movimiento y la comunicación.
- Proporcionar apoyo y atención sanitaria: la angustia del paciente y las familias puede ser cada vez más difícil de manejar.
- Gran estrés en las zonas de atención directa: los trabajadores pueden experimentar miedo, pena, frustración, culpa, insomnio y agotamiento.
- Exposición al desconsuelo de las familias: el personal sanitario se expone a un sufrimiento intenso ante la muerte en aislamiento.
- Dilemas éticos y morales: la falta de medios, la sobrecarga y la evolución incierta de los pacientes derivan en ocasiones en que el profesional deba tomar decisiones complejas.
- Las respuestas a las situaciones que el personal de salud debe enfrentar pueden desencadenar estrés emocional.
Reacciones normales que el personal de salud puede sentir:
- Emocionales (temporales): estado de shock, temor, tristeza, resentimiento, culpa, desesperanza, irritabilidad, alta reactividad, mayor labilidad emocional, dificultad para expresar sentimientos, bloqueo emocional.
- Cognitivas: confusión, dificultad de concentración y atención, recuerdos y pensamientos intrusivos, embotamiento, dificultad para conectar, rumiaciones.
- Físicas: tensión, fatiga, problemas de sueño, cambios en el apetito, náuseas, taquicardias, cefaleas tensionales, molestias musculoesqueléticas.
- En las relaciones interpersonales: conductas de aislamiento, evitación de la interacción, sentimientos de rechazo o abandono, actitudes de frialdad y distanciamiento de los otros o, por el contrario, actitudes de sobreprotección y control
Se trata de reacciones «normales» ante una situación extraordinaria, lo que no quiere decir que no sea necesaria la actuación sobre las mismas.
Recomendaciones para Organizaciones, Líderes de equipo y Personal de Salud en general.
Algunos de los aspectos que hacen al cuidado de la salud mental del personal sanitario, y demás trabajadores, que pueden abordarse desde los equipos de salud mental, son los siguientes:
Organización y Líderes de Equipo:
- Apoyo institucional Psicológico: es fundamental que toda institución ponga a disposición del personal de salud el mismo esfuerzo tanto en la búsqueda de recursos materiales (barbijos, camisolines, guantes, máscaras, respiradores, etc.) como de apoyo psicológico. Es importante ofrecer recursos multimedia (audios, videos, infografías) y en especial la formación de un equipo psicólogos/as, psiquiatras para brindar apoyo psicológico a los equipos de salud. Según la experiencia del grupo HUCI (Humanizando los Cuidados Críticos) de España, una de las principales sensaciones del equipo de salud frente al coronavirus es “impotencia”.
- Reconozca a su equipo asistencial: reconozca a sus colegas, tanto formal como informalmente, en la medida de lo posible. Todos los trabajadores sanitarios del establecimiento, cualquiera sea el lugar que ocupen en el sistema asistencial, están realizando una tarea fundamental para recomponer la salud de la población.
- Provisión de recursos adecuada: Un factor clave en la disminución de la sobrecarga y el miedo asociado al riesgo será la provisión de adecuados recursos humanos y materiales para el afrontamiento de la tarea, incluidos equipos de protección individual (EPP) y colectivos (infraestructuras de aislamiento).
- Presencia: La organización debe tener una presencia activa en especial en las áreas críticas, para hacerse eco de primera mano de las necesidades del personal de salud y poder dar respuesta a las inquietudes.
- Capacitación permanente: La formación y el conocimiento sobre el COVID-19, sobre la actividad sanitaria a realizar las prácticas de autoprotección y utilización adecuada de los EPP, facilitará la sensación de control. Siempre que sea posible, establecer turnos/rotaciones para las tareas altamente estresantes.
- Descansos: Facilitar periodos de descanso y contextos en los que sea posible el acceso a comida y bebida caliente.
- Liderazgo: Promover el apoyo entre compañeros y el liderazgo visible y disponible (supervisores y mandos).
- Conflictos: Dar feedback positivo por la tarea y esfuerzo realizado y mantener actitudes de mediación ante posibles conflictos interpersonales que surjan en los momentos de tensión (supervisores y mandos).
- Desgaste emocional y burnout: En caso de crisis emocional en un profesional: acompañarlo a un lugar ausente de estimulación crítica y facilitar su recuperación antes de volver a la tarea mediante primeros auxilios psicológicos.
- Organización del Trabajo: Establecer sesiones diarias del equipo multidisciplinar donde planificar el trabajo, el reparto de tareas, los objetivos comunes y se verbalicen y expongan las dificultades y posibles pautas de actuación ante las mismas. La comunicación es clave.
- Soporte emocional y Psicológico: Facilitar momentos de ventilación emocional, preferentemente con apoyo psicológico para su contención y ayuda para elaboración. Ante incidentes críticos, valorar la posibilidad de realizar una reunión de desmovilización o defusing.
Post Crisis COVID 19:
- Cuando la situación vuelva a la «normalidad», promover reuniones de equipo donde se facilite el agradecimiento, el refuerzo positivo y la conciencia del sentido del trabajo realizado.
- Si se dispone del personal con formación adecuada, se podrán realizar debriefing.
- Detección de posibles riesgos psicosociales mantenidos o agravados y de personal que requiera asistencia psicológica.
- Facilitar la reflexión, elaborar las posibles pérdidas y el aprendizaje, tomando conciencia del crecimiento como equipo
Recomendaciones para Personal del Equipo de Salud:
En casa
- Intente mantener lo más cercanos posibles a sus vínculos afectivos (mantener medidas de protección no implica distanciarse emocionalmente de ellos).
- No se sobrecargue de información sobre el coronavirus y atiende solo a fuentes fiables. Muchas de las noticias que vemos u oímos son falsas y generan más incertidumbre o bien, pueden ser verdaderas, pero no nos aportan nada positivo. Quedarse viendo cuántos nuevos casos o fallecidos hay en tal o cual lugar no nos ayuda a nuestro trabajo. Como personal de salud, usted ya está al tanto de los riesgos y las estadísticas de la pandemia. En ocasiones, las respuestas emocionales se acentúan después de que nuestro organismo se ha expuesto de forma continuada a un elevado estrés.
- Intente descansar todo lo que pueda. Está bien intentar “distraerse” viendo la televisión, series u otros pasatiempos, pero recuerde que un descanso de 7 a 8 horas es fundamental para poder sobrellevar mejor la carga del día siguiente, en especial si tiene que estar al cuidado de pacientes con coronavirus, ya que requerirá de toda su concentración.
- Cuide también en lo posible hábitos saludables de alimentación e higiene. Evite la automedicación y realice las actividades que le funcionan habitualmente para el manejo del estrés y la ansiedad.
- Más que nunca la práctica de actividades como meditación, Mindfulness o Yoga se ha transformado en un recurso muy valioso para poder conducirnos a través de estados de ansiedad o estrés.
En el trabajo
- Practique el agradecimiento con los miembros de su equipo. Todos ponen lo mejor de sí.
- Practique la escucha activa y la empatía con sus compañeros, igual que usted, los demás también se enfrentan por primera vez a este tipo de situación, tienen miedo, inseguridad, y están agotados.
- Sea amable, compasivo con los demás, pero también con usted mismo. Cuide su lenguaje interno y la autocrítica. Uno mismo suele ser el peor crítico.
- Dese permiso para sentir y expresar que algo no está bien. Vea más adelante la rutina FACE.
- Pensamientos intrusivos y anticipatorios («me voy a contagiar», “se lo contagiaré a mi familia”) son frecuentes en estas situaciones, no se castigue por ello y busque concentrarse en el aquí y ahora manteniendo la atención («ahora lo que estoy haciendo es.»)
- En momentos críticos, puede poner su atención en la respiración: inspire en 4 tiempos-mantenga un momento y exhale en 4-espere 4 tiempos antes de llenar los pulmones y repite 5 veces. Puede hacer esto todas las veces que necesite durante el día
- Tome conciencia de su estado emocional y permítase sentir, expresar y compartir lo vivido.
- Recupere en lo posible sus rutinas y manténgase activo con metas a corto plazo, elaborar lo vivido requerirá un tiempo.
- Dese un tiempo antes de tomar decisiones relevantes Si pasadas 4-8 semanas persiste sintomatología que afecta a su vida personal o profesional, al sueño, o revive involuntariamente momentos traumáticos, evita situaciones, se siente en estado de alerta permanente no dude en consultar a un profesional.
Rutina FACE para hacer en casa o el trabajo
F = Focalice en lo que tiene bajo control.
A = Atienda y Reconozca sus pensamientos y sentimientos.
C = Conecte con su cuerpo.
E = Enganche con lo que está haciendo (a través de los sentidos)
F) Focalice en lo que tiene bajo control.
Todos tenemos mucho más control sobre nuestro comportamiento que sobre nuestros pensamientos y sentimientos. Por lo tanto, nuestro objetivo número uno es tomar el control de nuestro comportamiento, aquí y ahora, para responder de manera efectiva a esta crisis.
Es muy fácil perderse en preocuparse y reflexionar sobre todo tipo de cosas que están fuera de nuestro control: lo que podría suceder en el futuro; cómo el virus podría afectarle o a sus seres queridos, a la comunidad, al país o al mundo, y qué sucederá entonces, y así sucesivamente. Y aunque es completamente natural que nos perdamos en tales preocupaciones, no es útil ni de ayuda. Cuanto más nos focalicemos en lo que no está bajo nuestro control, más ansiosos nos sentiremos. Entonces, es más útil en cualquier tipo de crisis y en especial en ésta del coronavirus poner la intención y atención en atender lo que está bajo nuestro control. Tampoco es posible controlar mágicamente sus emociones y sentimientos, eliminando el miedo y la ansiedad que son perfectamente naturales. Pero puede controlar lo que hace, aquí y ahora. Y eso importa. Porque lo que hace, aquí y ahora, puede marcar una gran diferencia para usted y para cualquier persona que viva con usted, y marcar también una diferencia significativa para la comunidad que le rodea.
A) Atienda y reconozca sus pensamientos y sentimientos.
La aparición de emociones o sentimientos es imposible de evitar (y peor intentar evitarlas). El objetivo es aprender a convivir con ellas.
Silenciosa y amablemente, reconozca lo que está apareciendo dentro suyo: pensamientos, sentimientos, emociones, recuerdos, sensaciones, impulsos. Tome una postura curiosa, observadora, sin ninguna intención de sacar conclusiones o juicios sobre lo que le ocurre interiormente. Puede ponerlo en palabras y silenciosamente decirse a sí mismo: “me estoy sintiendo agotado”, “siento impotencia frente a lo que está ocurriendo”, “siento temor a contagiarme o a contagiar a otros”, “estoy sintiendo tensión y me cuesta aceptar las emociones” o “me siento triste”. Procure no usar un lenguaje derrotista y catastrófico, que le puede llevar sentimientos de derrota e impotencia que impedirán la búsqueda de soluciones. No confunda asertividad con agresividad.
Mientras continúa reconociendo sus pensamientos y sentimientos, también…
C) Conecte con su cuerpo.
La conexión con el cuerpo es un “ancla” que le permite volver a poner la mente en el momento presente y así obtener el mayor control posible sobre las acciones físicas, pese a no poder controlar los sentimientos. Focalizar la atención en lo que sí puede controlar: su cuerpo.
Regrese y conecte con su cuerpo físico. Encuentre su propia forma de hacer esto. Puede probar algunos o todos los siguientes, o mejor aún, encontrar sus propios métodos:
- Empuje lentamente los pies contra el piso notando la presión contra las plantas. Si puede hacerlo descalzo/a, mejor.
- Enderece lentamente la espalda y la columna vertebral; esté sentado/a, o de pie.
- Presione lentamente las yemas de los dedos sintiendo la presión.
- Estire lentamente los brazos o el cuello, encogiéndose de hombros (inspire mientras lo hace, lentamente) y soltando luego los hombros (espire lentamente acompañando el movimiento).
- Respire lenta y calmadamente. Encuentre el ritmo que le resulte agradable. Es más importante estar atento/a a la experiencia de la respiración que la “forma” en que lo hace.
Nota: no está tratando de alejarse, escapar, evitar o distraerse de lo que está sucediendo en su mundo interior. El objetivo es permanecer consciente de sus pensamientos y sentimientos, continuar reconociendo su presencia (no queremos evitarlos, no lo intente, no va a poder, pero sí podemos aprender a convivir con ellos manteniendo la conexión con el presente ¿Por qué? El objetivo es obtener el mayor control posible sobre sus acciones físicas, aunque no pueda controlar sus sentimientos. (Recuerde, F = Focalice en lo que está bajo su control)
E) Enganche con lo que está haciendo (a través de los sentidos).
De manera similar al punto anterior, busca conectar con el momento presente, pero a través de los sentidos.
Conecte con el lugar dónde se encuentre y vuelva a centrar su atención en la actividad que esté realizando. Encuentre su propia forma de hacer esto. Puede probar algunas o todas de las siguientes sugerencias, o mejor aún, encontrar sus propios métodos:
- Mire alrededor de la habitación y observé 5 cosas que puede ver.
- Identifique 3 o 4 cosas que pueda escuchar.
- Observe lo que puede oler, saborear o sentir en la nariz y la boca.
- Observe lo que está haciendo (por ejemplo, lavarse las manos, ponerse el barbijo, haciendo una receta, etc.). Por ejemplo, si va a tomar una taza de café o té, poner la atención en el sonido del agua al calentarse, al servirla en la taza, el aroma del café o del té, la forma de la taza, su textura, color, temperatura, etc.
- Finalice el ejercicio prestando toda su atención a la tarea o actividad en cuestión. (Y si no tiene ninguna actividad significativa que hacer, consulte los siguientes 3 pasos).
Idealmente, realice el ciclo ACE lentamente 3 o 4 veces, para convertirlo en un ejercicio de 2 a 3 minutos.
FOCALICE: No podemos controlar lo que sucede pero sí podemos controlar qué hacemos mientras está pasando. Diferencie que está en su control y que no. Dirija su atención intencionalmente a lo que está en su control.
ATIENDA: reconocer lo que pasa en tu mundo interno (pensamientos, emociones y sensaciones), con curiosidad y amabilidad. Es útil poner lo que note en palabras y silenciosamente decírselo.
Consejo de Aspectos Psicosociales
Bibliografía
- Gorbalenya, A.E.; Baker, S.C.; Baric, R.S.; de Groot, R.J.; Drosten, C.; Gulyaeva, A.A.; Haagmans, B.L.; Lauber, C.; Leontovich, A.M.; Neuman, B.M.; Penzar, D.; Poon, L. L. M.; Samborskiy, D.; Sidorov, I. A.; Sola, I.; Ziebuhr, J. «Severe acute respiratory syndrome-related coronavirus: The species and its viruses – a statement of the Coronavirus Study Group»
- Managing mental health challenges faced by healthcare workers during covid-19 pandemic. Greenberg N, Docherty M, Gnanapragasam S, Wessely S. BMJ. 2020 Mar 26;368:m1211. doi: 10.1136/bmj.m1211.
- https://humanizandoloscuidadosintensivos.com/es/coronar-la-cumbre-riesgos-emocionales-y-cuidado-del-personal-sanitario-ante-el-covid-19/
- Adaptado de FACE COVID de Russ Harris 2020. https://www.actmindfully.com.au/wp-content/uploads/2020/03/FACE-COVID-eBook-by-Russ-Harris-March-2020.pdf